Mariano Benlliure y Crevillent

Considerado como el renovador de la escultura contemporánea española.

Artista prolífico, del que se conocen más de 1.500 obras

Por su espátula pasaron los personajes más importantes de su época desde la I República hasta la Dictadura del General Franco.

Artista virtuoso y precoz, pues firmaba obras desde los cinco años, se caracterizó siempre por su versatilidad, manejando con la misma habilidad el bronce, el mármol, la cerámica, incluso la madera para las tallas procesionales principalmente.

En sus comienzos fue un autodidacta y sus estancias durante cerca de 20 años en Roma y algunas más cortas en París resultaron determinantes en su trayectoria artística, siendo Rodin uno de los escultores contemporáneos que más le influyó. Pero no por ello entró en el mundo de las Vanguardias del momento, aunque no se opuso a ellas, y sí estuvo en contra del academicismo, encabezando así la revolución del Realismo.

La influencia de la pintura de su familia en su obra​

Su padre y sus hermanos fueron destacados pintores de su época

Si bien no alcanzaron la importancia de Mariano. De ahí que sean características muy notables de sus obras el detallismo y la combinación del mármol y bronce en sus monumentos, lo cual dota a sus obras de unas texturas y tonos que de alguna manera recuerdan a la pintura. Pese a ganarse la fama con los retratos y los monumentos públicos, Benlliure dejó la huella de su obra en todas las temáticas del momento, siendo también muy relevante en las obras de género como la tauromaquia. El tema religioso no fue el más abundante y se dedicó a él casi por entero en sus últimos años.

La ejecución rápida y la frescura de su época de plenitud dejó paso a unos modelos con rasgos más fríos y rígidos, sobre todo desde de la Guerra Civil española donde se dedicó casi por entero a reponer obras procesionales desaparecidas durante esta contienda civil, reproduciendo modelos estereotipados con perceptibles desproporciones que sus colaboradores ejecutaban una vez realizado el primer modelo por el artista, de ahí que estas obras religiosas de última etapa sea hayan calificado como “obras de taller”.

La relación entre este escultor valenciano y Crevillent

Durante la última época, Benlliure se dedicó a la escultura procesional tallando imágenes y grupos escultóricos para la Semana Santa de varias ciudades, entre ellas Crevillent.

En concreto es en 1944 cuando talla la primera obra, Jesús Nazareno, y se prolonga hasta la última creación que realizó el escultor terminada la noche antes de morir, La entrada de Jesús en Jerusalén, tallando un total de 9 obras para Crevillent, por lo que se puede afirmar que esta ciudad es la que más obra religiosa posee de este escultor.

Muerto Benlliure, la familia Magro que fue la que le encargó la mayoría de las obras, gestionó la posibilidad de que Crevillent contara con un museo monográfico dedicado a este escultor, abriendo una exposición permanente en 1961 con cerca de 109 obras, la mayoría bocetos y modelos en escayola, en un edificio particular de la familia. De ahí la exposición se pasó a la Cripta de la iglesia de N.S. de Belén, la cual abría sus puertas en 1967, año en que asimismo se autorizaba la creación del mismo de titularidad municipal.

El desarrollo del museo

A partir de 1970 comienza a desarrollarse de manera plena el museo, con un goteo constante de adquisiciones, depósitos y donaciones, principalmente de obra acabada. Con el tiempo, esto hace que el recinto resulte insuficiente para satisfacer las necesidades museográficas de una colección en crecimiento, y por ello, en 1985 se amplió con otro edificio de tipología industrial de finales del siglo XIX: un Anexo situado en la calle Sagrado Corazón de Jesús. De este modo el museo se dividía en dos edificios con otras tantas secciones: los bocetos y modelos en escayola expuestos en la Cripta y la obra acabada en el Anexo.

Y esta es precisamente la originalidad del museo, la posibilidad de mostrar los bocetos y modelos en barro y escayola junto a la obra terminada en la materia definitiva, lo cual permite conocer con detalle el proceso escultórico.
La relevancia que adquirió entre el público visitante, así como entre los círculos artísticos y culturales en general, fue tal que la Real Academia de Bellas Artes de San Carlos de Valencia en 1989 le concedió la “Medalla al Mérito en las Bellas Artes”.