Historia del Museo

El germen

El interés sobre la arqueología crevillentina arranca en fechas relativamente recientes, si bien existen referencias ya a finales del siglo XVIII.

En efecto, los datos más antiguos proceden de Cavanilles, en su célebre trabajo sobre la geografía valenciana, quien describe detenidamente los canales y acequias de la rambla del Castellar y Martxant. Así Markham en 1867 hace lo propio e identifica las construcciones de la rambla del Castellar como un qanat. Ya González Simancas entre los años 1907 y 1908 habla de Crevillent y de su riqueza patrimonial refiriéndose al yacimiento de la Peña Negra. Por las mismas fechas, más o menos, Jiménez de Cisneros visita los parajes de la Sierra de Crevillent con datos geológicos y paleontológicos, entre ellos las construcciones mencionadas por Cavanilles y la “Loma Negra”, siendo publicados en 1919.

Es sólo a partir de la década de los 50 cuando se poseen noticias más precisas. Estas corren de parte de un grupo de amantes de todo lo relacionado con las actividades de la montaña, embrión de lo que más tarde será el Centro Excursionista de Crevillent. En agosto de 1952 descubren la Penya Negra y el Castellar. Otros descubrimientos entre 1952 y 1954 son les Barricaes, el Cantal de la Campana, el Frare y el Forat Oest. En septiembre de 1954 se crea el Centro Excursionista de Crevillent, lo cual supone un hito importante en favor de la arqueología, pues esta entidad se constituirá durante mucho tiempo en su más fiel defensor a la par que hará partícipe de sus conocimientos tanto a los crevillentinos, como a cuantos investigadores y eruditos se dedican a estos temas. Prueba de ello es la visita que efectuara el Padre J. Belda en 1954 al yacimiento del Castellar, quien mostró su interés y ya evaluó su importancia adscribiéndolo a la “Cultura Ibérica”.

No son los únicos montañeros dedicados a estas actividades, centros excursionistas como Alcoy, Elche o Elda también descubrieron en aquellos tiempos muchos yacimientos arqueológicos en sus salidas a la montaña. Este fenómeno tiene antecedentes más remotos, como por ejemplo en Cataluña, donde el Centre Excursionista de Catalunya, fundado ya en 1876, se mostró desde el principio muy sensibilizado con el naturismo, la geografía y en general todo tema que aportara señas de identidad a Cataluña. 

CRONOLOGÍA

Años 60

Se descubren los yacimientos arqueológicos del Puntal, Coto Memoria, Pic de les Moreres, Ratlla del Bubo y Cova de l’Aire, esta última concretamente en 1966. De esta década destaca la primera exposición de arqueología, paleontología, filatelia y numismática celebrada en 1969 por dicho grupo, lo cual indica que por aquel entonces poseían una colección de cierta entidad.
Poco se sabe dónde guardaban dicha colección, pero, según referencias orales, estaría custodiada bien en el local del Centro Excursionista de Crevillent o bien en poder de V. Davó Soriano, responsable máximo de estas actividades.

1970 – 1974

A partir de 1970 el interés por la arqueología de Crevillent cobra un nuevo impulso. Los aficionados siguen con sus salidas al campo y descubren les Ermitetes en 1972. Se crea una pequeña “exposición permanente” en los locales del Centro Excursionista de Crevillent entre 1970-74.

Vicente Davó Soriano (1973) publica un artículo de temática arqueológica en una revista local, en el cual ya aconsejaba la creación de un “museo arqueológico”, primer artículo de una extensa lista cuyo objeto era transmitir los conocimientos arqueológicos de estos aficionados y sensibilizar a la población sobre el valor y la importancia del patrimonio arqueológico que habían heredado de sus antepasados. En 1974 el Ayuntamiento, tras adquirir el edificio de la Casa del Parc Nou, cedió las dependencias de lo que hoy es el Museo Arqueológico a este grupo de aficionados y les facilitó 10 vitrinas para que trasladasen dicha “exposición permanente”, iniciándose los primeros pasos a escala municipal para la creación del museo. En ese mismo año reciben asimismo la visita del ilustre arqueólogo ilicitano Alejandro Ramos Folqués, quien se mostró muy interesado por el conjunto de la arqueología crevillentina, alentándoles con sabios consejos sobre las directrices que debían de seguir. Pero no sólo se preocupan arqueólogos consagrados, como es el caso anterior, también jóvenes universitarios de la localidad dan a conocer en publicaciones de carácter científico noticias breves sobre unos restos arqueológicos que dejaban entrever unas enormes posibilidades de cara a la investigación arqueológica, como es el caso de Vicente Gozálvez.

En 1972 tienen lugar dos hechos realmente significativos que van a marcar de manera considerable el desarrollo de la arqueología en Crevillent:

  • En primer lugar, la llegada de J. L. Román Lajarín. Éste inicia una estrecha colaboración con los aficionados, siendo el autor de varias prospecciones y el que comienza a ordenar y catalogar los materiales que formarán los fondos del futuro Museo Arqueológico.
  • En segundo lugar, el comienzo de las excavaciones en el yacimiento de la Penya Negra. Dicho año se realizaron unos sondeos previos por Alfredo González Prats en colaboración con Román Lajarín.

1975 – 1979

Posteriormente, desde 1976, se sucedieron las campañas de excavaciones, 17 en total, hasta 1993, primero a cargo de Llobregat Conesa y desde 1978 por Alfredo González Prats, a las que se agrega en 1991 Ruiz Segura. El área de estos trabajos se amplió a los yacimientos del entorno, excavando el Pic de les Moreres, el Castellar y les Moreres, este último descubierto en los años 80. Otras publicaciones de sumo interés, que completan la visión sobre la secuencia de Penya Negra han puesto de manifiesto la importancia de estos yacimientos, sobre todo en lo que concierne al Calcolítico Campaniforme con el poblado de les Moreres que cuenta con unas características únicas en el ámbito valenciano, mucho más relacionado con los del área del SE., Andalucía y Sur de Portugal. Pero sobre todo al Bronce Final y Período Orientalizante con el poblado de la Penya Negra y la necrópolis asentada sobre el poblado de les Moreres, en los que se ha podido documentar una rica secuencia cultural que ha contribuido al conocimiento de la primera mitad del primer milenio antes de nuestra Era y a explicar el origen de la Cultura Ibérica. Sin ningún género de dudas, Penya Negra y les Moreres son dos yacimientos punteros en estas épocas, de ahí que estén presentes en la mayor parte de los estudios y reuniones científicas celebradas desde mediados de los años 70, generando una abundante bibliografía.

Años 80

En la década de 1980 la potenciación del patrimonio arqueológico a todos los niveles es ya un hecho evidente. Los aficionados, siguiendo la tónica de los años anteriores, descubren en la primera mitad de la década los yacimientos del Xorret, l’Abric del Castell Vell, l’Arquet, la Canyada Joana y el Camí de Catral. Vuelven a realizar varias exposiciones patrocinadas por el Excmo. Ayuntamiento: “El poblament antic en Crevillent (Mostra Arqueològica)”, “I Exposición de muestras paleontológicas de Crevillente” (1983) y “II Exposición de muestras arqueológicas de Crevillente” (1984).

En 1984 se inician las excavaciones en la Ratlla del Bubo. La primera campaña la dirige Román Lajarín y Iturbe Polo. En 1985 el proyecto pasa al Departamento de Arqueología de la Universidad de Valencia con Villaverde Bonilla al frente, quien dirige sucesivas campañas hasta 1990, primero sólo y las dos últimas con los miembros y colaboradores del departamento Juan E. Aura Tortosa, Rafael Martínez Valle y Begoña Soler Mayor. Las excavaciones han revelado la existencia de una completa secuencia que abarca casi todo el Paleolítico Superior, desde al Auriñaciense al Solutreo-gravetiense, aunque determinados materiales hacen pensar en la existencia de niveles pertenecientes al Paleolítico Medio.

Otras excavaciones y estudios de esta década fueron las de salvamento en el Camí del Derramador bajo la dirección de González Prats y Ruiz Segura en 1988 con motivo del trazado del tramo de la autovía Alicante-Murcia A-7/E-15, a su paso por Crevillent, documentando un nivel arqueológico con restos materiales romanos de los siglos I y II. Esta excavación constituye la primera “excavación de salvamento” realizada en el término municipal de Crevillent.

CREACIÓN DEL MUSEO ARQUEOLÓGICO

En 1988, concretamente en la sesión plenaria de mayo, se crea el Museo Arqueológico Municipal de Crevillent. El acta de dicha sesión dice lo siguiente:

“PUNTO 15. ACUERDO INICIAL DE CREACIÓN MUSEO ARQUEOLÓGICO MUNICIPAL. …….. La Corporación Municipal por unanimidad ACUERDA:

   – PRIMERO. – La creación del Museo Arqueológico Municipal de Crevillente, facultando al Sr. alcalde para hacer las gestiones pertinentes ante los organismos autonómicos competentes.

   – SEGUNDO. – Asumir los gatos de su creación. ….”

A principios de marzo de 1989 mismo año se pone en marcha el Servicio de Arqueología Municipal. De este modo, la Administración Municipal culmina un largo proceso iniciado en 1952 y reivindicado desde principios de los 70, en el que se consolidan los instrumentos institucionales para la salvaguarda, estudio y divulgación de la arqueología crevillentina.

En un principio, las labores se realizan en la primera planta de la Casa del Parc Nou, lugar donde más tarde se instalarán las dependencias del museo.

En 1990, motivado por las obras de “Habilitación de la 1ª Planta de la Casa del Parque para la Instalación del Museo Arqueológico”, se traslada el lugar de trabajo a una de las dependencias de la Biblioteca Municipal hasta mediados de 1991.