Zona Norte. Yacimientos adscritos culturalmente a la Edad del Bronce

El Pic de les Moreres

Este yacimiento ha sido objeto de una actuación por parte de A. González en 1982, quien documentó varias estructuras de viviendas de planta rectangular con la técnica constructiva de mampostería. 

El conjunto material procedente del mismo, es muy interesante a nivel arqueológico y permitió adscribirlo, culturalmente al Bronce Antiguo, y datarlo en el 2000-1750 a.C.

El Pic de les Moreres I

No ha sido sometido nunca a un estudio concreto del mismo solamente, se han realizado varias prospecciones sobre el terreno, y los restos encontrados han sido adscritos a la Edad del Bronce.

Les Ermitetes

Yacimiento que tras ser prospectado y haber sido estudiado el material obtenido del mismo, se estableció una amplitud cultural y cronológica que abarca desde la Edad del Bronce a la Época Islámica.

El Coto Memoria

No se ha realizado nunca un estudio exhaustivo del mismo, y las conclusiones se han realizado a partir de los materiales hallados en las prospecciones y aportados por aficionados locales, se puede adscribir al Período Orientalizante.

Penya Negra I

Conocido de antiguo por aficionados locales, es a partir de 1976 cuando comienzan los trabajos arqueológicos sobre el mismo, y desde 1978 en la forma de un proyecto de investigación bajo la dirección de A. González, finalizando éste hacia 1993, reanudándose las campañas de excavación en 2014 por A.Lorrio también de la U.A.. El yacimiento consiste en un asentamiento ex novo que se desarrolla durante el Bronce Final – Penya Negra I (900/850-700 a.C.)-, y durante el período orientalizante de forma ininterrumpida –Penya Negra II (700-575/550 a.C.)-, si bien esta última fase la incluimos en el siguiente epígrafe del catálogo por constituirse en un nuevo horizonte cultural bien diferenciado. Del poblado del Bronce Final –Penya Negra I- se conocen varias estructuras de habitación de diferente tipología, así como un ingente conjunto de material cerámico de especial relevancia, fabricado a mano, y en el que se aprecian dos producciones claramente diferenciadas, una más tosca y otra más cuidada, esta última de gran calidad y con gran profusión decorativa. Además de la cerámica existe un variadísimo conjunto de objetos de distinta naturaleza –hueso, metal, piedra, malacofauna…–  prueba de la complejidad cultural del momento.

Pero la principal característica que convierte a este yacimiento en un incuestionable hito de la prehistoria peninsular es su actividad metalúrgica, con el hallazgo de un taller de sofisticada y especializada tecnología, y del que proceden varios centenares de fragmentos de moldes del Bronce Final Atlántico III para fabricar espadas, hachas, agujas y otros objetos de bronce. Además se ha localizado la necrópolis correspondiente a esta fase del poblado, en el inmediato cerro de Les Moreres, con más de un centenar de sepulturas de cremación documentadas en las primeras intervenciones y unas cuantas más en las nuevas.